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Caminar para Estar Sano

En la medida en que el tiempo pasa, podrás ver algunos signos del deterioro en tu cuerpo.

Seguro que estamos de acuerdo, aunque nos cuesta aceptarlo, que éste es un proceso completamente normal.

Estos cambios se vuelven evidentes cuando recocemos que hay cosas que hacíamos cuando éramos más jóvenes que, tal vez, hoy en día ya no nos salen igual, o simplemente no nos salen.

No obstante, tampoco es normal que tengas 30 o 40 años y te canses subiendo las escaleras hacia tu apartamento que queda en el segundo piso, como si hubieses ido un maratón.

Si esto te está pasando, algo no está bien en ti.

No hace falta asociar el malestar a una patología específica o mucho menos decir que es algo grave.

Simplemente, tu cuerpo se está “oxidando” y los músculos estriados (bíceps, tríceps, etc.), músculos lisos (de los órganos y esfínteres) empiezan a perder fuerza.

Esto se traduce no sólo en la poca capacidad para cargar peso, incluido tú propio peso, sino también en el cansancio excesivo en los ejercicios aeróbicos.

En conclusión, para entenderlo más fácilmente, eres una persona de 30 años con el metabolismo de uno de 60 años. Por suerte, se trata de una situación que aun estás a tiempo de corregir.

No empieces a buscar recetas ni pasos mágicos para encontrar o reencontrar la versión más sana de ti.

Los únicos pasos que necesitas son los que puedes dar con el uso de tus pies. ¡Si, estar sano es muy fácil y está al alcance de unos pasos!

Caminar, no sólo es un ejercicio.

La actividad física mínima para estar sanos se resume en caminar.

Después de todo, lo aprendemos hacer desde que éramos unos críos y la modernidad y la rutina no es algo que deba estar en contra para fortalecer nuestro cuerpo con éste mecanismo, de modo que va más allá de ser un ejercicio, es un estilo de vida.

Las actividades físicas se convierten en un ejercicio en la medida en que se convierten en un sistema, es decir, lo ligas a un conjunto de técnicas, horarios, lapsos, combinaciones y otros factores voluntarios que permitan generar un efecto específico.

¿Puede ser complicado caminar?

En realidad, no es para nada complicado ejercitarse mediante la caminata, pero este rigor te debe llevar, necesariamente, a corregir los malos hábitos que puedas haber adquirido con el tiempo y tener control de otros factores.

Con el tiempo verás que te gustan todos los cambios que sentirás en tu cuerpo y te entrarán ganas de hacer cosas que antes creías imposibles.

Perderás peso, tu circulación mejorará, tus piernas, huesos y corazón serán más fuertes y estarás más concentrado.

¿Cómo debo empezar a caminar?

Tampoco queremos que corras una maratón, aunque la disciplina si será un factor clave; la resistencia se logrará poco a poco.

Por lo que recomendamos que te ejercites con caminatas matutinas de 15 minutos y, cada día, vayas aumentando 5 minutos, hasta llegar a un tope de 30 minutos en el cual podrás mantenerte por un buen tiempo.

Es conveniente que sepas que:

  • No hace falta que cuentes los pasos ni nada por el estilo que te genere un estrés incensario, más bien intentar contemplar el paisaje.
  • Trata de no sentirte incomodo/a por las miradas de los vecinos. Al contrario, se trata de una invitación ejemplificada para que los demás se unan a tu rutina. Caminar acompañado es más agradable y permite vigilarse uno al otro ante cualquier percance.
  • Tampoco trates tener el nivel que tienen personas con más experiencia en este sentido. Con el tiempo, tú también lograrás ese nivel de aguante, agilidad, salud y calidad de vida
  • Debes tener paciencia el primer día y un poco de guante para el segundo, pues, posiblemente aparezcan dolores musculares – completamente normales – producto de reparación y reestructuración de las fibras musculares.
  • Bebe agua antes y después de caminar. Trata de minimizar la ingesta durante el proceso a sólo unos sorbos cuando lo creas necesario. No camines inmediatamente después de comer.

Cuidado con las posturas…

Son cosas que debes corregir gradualmente y con ayuda de personas con mayor experiencia. Pero:

  • Busca tomar una postura holgada, inclusive, sacando el pecho (sólo un poco o parecerás un pavo real).
  • Evita el estilo de “patas de palo”. Se trata de recuperar la flexibilidad de tendones y ligamentos y la fortaleza muscular. Por lo que debes apoyar y flexionar todo el pie (desde la planta del pie al metatarso) y evitar pisadas ruidosas.
  • A pesar que el peso y balance de tu cuerpo estén enfocados en el centro, el desplazamiento debe ser hacia delante, no hacia los lados o diagonales.
  • Trata de tener un ritmo constante al caminar. Evitas las paradas y sentadas de descanso. Se trata de actividad que debe mantenerse por un tiempo controlado a velocidad constante. Si tienes tiempo sin hacer actividad física, puedes hacer 3 pasos por cada 2 segundos. Con el tiempo, puedes llegar hasta dos pasos por segundo o más.
  • Siempre debes informar a tu médico de la planificación, avances y dificultades al caminar para garantizar un acompañamiento profesional y presencial de tu salud.
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