Saltar al contenido
ComoConseguirque.com

Motivación para la Salud

¡Hoy no, mañana será!, ¡esperaré a que llegue el mes enero para arrancar!, ¡iniciaré el ejercicio cuando no me duela nada!, ¡no sé nada de cómo hacer ejercicios, no sabría qué hacer y lo mejor es dejarlo así!

Si algunas de estas frases son tus favoritas, algo no está bien.

La desmotivación suele estar acompañada con excusas, sin importar que no estén muy fundamentadas que digamos.

Es más, si un tercero empieza a cuestionar sobre tus razones, seguro te molestarás.

¿Por qué molestarte ante lo cierto? ¿Por qué poner excusas tan frágiles? La respuesta es fácil, la inseguridad, más que la flojera, podría de estar haciendo de las suyas.

Nadie es perfecto, y tampoco pretendemos que lo seas.

Sobre todo, cuando se trata de un tema tan sensible como tu salud y tu estilo de vida.

Revisar, remover y rectificar sobre ésto es doloroso, pero completamente necesario.

Por eso, si tienes intenciones de cambiar tu vida para lograr cambios positivos en este aspecto, te dejamos algunos elementos que te pueden interesar.

La motivación para el ejercicio no se genera espontáneamente

La motivación para ejercitarse no es un estándar que viene naturalmente en las personas. De hecho, es algo que hay que cultivar y, en muchos de los casos, hay que tocar fondo para comprender bien esto.

Después de todo, en algún momento de nuestra historia evolutiva, resultó adaptativo la conducta sedentaria para evitar la pérdida de calorías.

La realidad moderna, cambia por completo este panorama.

El primer paso es la aceptación.

Se trata de entender que sólo tú eres responsable de tú estado actual. Aunque suene difícil de entender, tu salud está ligado, de igual forma, a la grasita de la cadera y abdomen como a la tú respuesta inmunitaria a enfermedades, agilidad y hasta el humor.

Son múltiples caras de un dado. Por esta razón, las excusas no tienen ningún sentido, pues, tú serás el único afectado de toda la situación.

Y si lo miras de otra de forma, tampoco tienes que dar explicaciones para el día que decidas arrancar.

¡Ante que todo, arranca!

En este punto hay que diferenciar la motivación de los hábitos. La primera resulta determinante en el arranque de tus ejercicios, y está muy ligado esclarecer la finalidad que tendrán estos para tu futuro a inmediato, mediano y largo plazo.

Es posible que las últimos dos plazos te resulten abstractos, pero debes hacer el ejercicio de “imaginarlo” y modificarlos al pasar el tiempo si deseas ser más exigente contigo mismo.

Por lo pronto, debes arrancar con pequeñas metas que exijan esfuerzo de tu parte, pero puedas alcanzar con relativa facilidad en tiempos definidos.

¿Qué te gusta hacer?

La actividad física y el ejercicio (éste último diferenciado con una finalidad y técnicas claras) no debe ser una tortura.

La ansiedad podría ser un nudo crítico; por lo que resulta muy conveniente ligarlo a alguna actividad que te guste. Los deportes resultan ser una buena opción para esto.

Además, cada opción tiene ejercicios de precalentamiento predilectos, puntos focales de fortalecimiento, habilidades a desarrollar y hasta reglas distintas. Esta diversidad pude ser emocionante y evita la ansiedad de la monotonía.

Socializa sobre tus avances

No se trata de ínfulas o presunción. Es agradable que, al lograr, con mucho esfuerzo, metas en la vida, compartas las reflexiones con tu familia, amistades y allegados.

De allí viene la práctica necesaria de poner en la balanza la retroalimentación que puedas recibir.

Por eso debes saber que:

  • El arranque, por sí mismo, es un logro que tiene gran mérito. Continuar es resultado de la disciplina.
  • El auto-análisis y rectificación del ejercicio son la motivación más importante que puedas tener. Sólo tú sabrás (con suficiente profundidad) como has mejorado, que debes corregir y qué quieres lograr en el próximo de peldaño del laborioso camino al éxito.
  • Algunos allegados pueden hacer comentarios que resulten descabellados. Si notas buena intención, siempre has el intento de considerarlo para mejorar la rutina. Parte de la premisa que hay elementos que pueden escapar de tu conocimiento.
  • Jamás le des mayor atención a los comentarios que busquen ridiculizar o minimizar tus esfuerzos. Entiende que, para unas pocas personas, tus buenos resultados pueden generarle envidia y mecanicismos psicológicos que se reflejen como ataques pasivos. Supérate ante esto y convierte en un ejemplo de trabajo.
  • No te compares con nadie. Tu experiencia es un hecho inédito. Esto aplica tanto para patrones donde te sientas inferior, como en los casos donde pretendas asimilarte a tu “héroe o heroína”.
  • Con la entrada de las redes sociales, estos efectos pueden masificarse. Si gustas publicar tus avances, adelante, puedes hacerlo y seguro te lloverán comentarios.

Otros tips que pudieran servirte

  • Si eres de los que te fastidias con facilidad en un tipo de ejercicio, no te sientas amarrado por eso.
  • Puede practicar varias rutinas o varios deportes. Solamente tienes que ser consciente que las diversas rutinas se enfocan en aspectos distintos y no debes fatigar un músculo sin darle descanso o, por el contrario, saltarte la rutina en si, sin lograr ver el resultado.
  • Busca un entrenador que te acompañe en tus rutinas. En el gym de ellos muchos abundan. Si no prefieres gastar dinero extra, siempre habrá personas con mayor experiencia que te puedan ayudar con tus procesos y resultados.
  • Escucha música al momento de ejercitarte
  • Combina ejercicios cardiovasculares con ejercicios focalizados en músculos específicos para hacerlo más divertido.

¿Y cuándo terminará esto?

Ten presente que eres el motor de tus propios cambios.

¿Quién quiere que lo bueno termine?, nadie,

Por esta razón, si lo que haces para ejercitarte te hace feliz y eres consciente de su importancia, entonces has hecho del ejercicio diario un estilo de vida. Esto no tiene porqué terminar.

Settings