Al niño se le debe instruir desde muy pequeñito en el diálogo, cuando estamos jugando, de paseo, camino al colegio, en actividades de casa etc., todo momento hay que aprovecharlo para comenzar una conversación, dejarlo opinar, escucharlo y enseñarlo a que escuche.
Eso es una enseñanza que debe ser constante y desde que están en pleno desarrollo pero si ya han crecido, el problema es un poco complejo pero no imposible, hay que tener mucha sabiduría y paciencia para corregir lo que no se hizo bien antes.
Consejos para Lograr que nuestro Hijos nos escuchen
Debemos ubicarnos en la edad.
Los niños de 0 a 3 años:
Son muy manejables y es el momento en que podemos hacer con libertad toda iniciativa para enseñarles con diversión.
De 4 hasta 7:
Son manejables y es la mejor etapa para aprovechar porque es cuando comienzan a preguntar todo y es la oportunidad para enseñarles y formarlos con mucho amor y respeto.
Ellos aprenderán a escuchar y a ser obedientes si se les enseña en esta etapa. Hasta los 7 años se hace el trabajo que hay que hacer.
De dejarlo pasar, vendrán otras técnicas que con algo de suerte, podrían resultar.
De 8 hasta los 12:
Aún se les puede manejar pero no con tanta facilidad, porque ya son críticos, siendo la etapa en que comienzan a conocerse mejor y a determinar su personalidad, lo que les hace entrar en una temporada de confusión entre lo que ven y escuchan fuera de casa y lo que le dicen sus padres.
Es aquí cuando los padres con todo amor, paciencia y sabiduría deben aclararle todas las dudas y encaminarlos por el camino correcto.
Hablarles mucho y hacerles repetir lo que se les ha dicho, hasta ver que lo captaron. En toda conversación hay que dejarles buenas enseñanzas de vida, esto los irá edificando.
De 13 hasta 17:
Es la etapa más complicada de los hijos, es cuando comienzan a aceptar que están saliendo del cascarón, que están cerca de la edad adulta y que deben empezar a asumir más responsabilidades en sus vidas.
El temor por prepararse para lo incierto que deben afrontar solos, los hace entrar en un poco de ansiedad.
Desean experimentar cosas nuevas en su cuerpo que está madurando y en su mente. Muchos se hacen débiles ante las tentaciones y terminan cediendo, otros que tuvieron mejor formación desde pequeños, las rechazan y no se dejan arrastrar.
Durante todo este proceso, muchos desarrollan rebeldía. Es el momento en que los padres deben actuar con toda Sabiduría.
Recomendaciones:
- Desde bebé hasta ser un adolescente, aunque hayas hecho el trabajo de disciplina en ellos o no, nunca optes por “Gritarles”, el grito no es la mejor técnica para que te escuchen.
- Eso solo les alterará el sistema nervioso y más que verte con respeto, auto-bloquearán el odio y se alejarán.
- Cada vez que te vayas a dirigir a ellos, hazlo con todo el respeto y amor que se merecen.
- Si estás muy enojado(a) por algo que hicieron, es válido que te vea molesto(a), eso los hará reaccionar pero nunca les grites, ni les ofendas. Las ofensas hieren y generan rencor.
- Si estas interesado en que te diga algo y te cuente sus cosas, siéntate con él (ella) y hazle saber que hablarle a los padres siempre es lo correcto, que eres el único guía designado en este mundo para orientarlo por el mejor camino, que deseas lo mejor para su vida y que escucharte lo hará cometer menos errores y lo hará más sabio (a)
- Cuando le hables, busca la gracia en la conversación, échale un chiste, dale un abrazo, hazle un cariño para que sienta que todo lo que venga de Ti es con amor para él (ella).
- Y trata siempre de darle un consejo sabio, cuentos de moralejas o hechos de vida real para que lo dejes pensando, para que sienta que lo enseñas y te vea como el mejor Maestro en su vida.
- Haz estas cosas y siempre querrá escucharte.
Dar buenos consejos y hacer buenas conversaciones, atraen siempre el oído de los hijos.